Organización

Decidimos quedar 1 día, y la verdad hicimos muchas fotos , pero como ya he contado en la anécdota se nos borraron algunas , y volvimos a quedar otro día , y yo aproveché una tarde con mi padre en Triana ,en total , tenemos 97 fotos , y 46 símbolos .

La Organización del Blog se basa: El diario al principio de la entrada , después la entrada con algun dato del autor , o un fragmento de una poesía que escribiese ,y al final de la entrada contamos si hay alguna anécdota, Vamos a ir explicando los autores que hemos encontrado desde el último día hasta el primer dia que quedamos, y la mayoria estan agrupados por zonas

jueves

Juan Valera

Ya algo cansado seguíamos andando 01:40 del 9/4/13

Nació Cabra, Córdoba, 18 de octubre de 1824 
 Murió Madrid, 18 de abril de 1905

Un diplomático, político y escritor español.
Hijo de José Valera y Viaña y de Dolores Alcalá-Galiano, marquesa de la Paniega. Estudió Lengua y Filosofía en el seminario de Málaga entre 1837 y 1840 y en el colegio Sacromonte de Granada en 1841. Luego inició estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de Granada.
Cultivó todos los géneros literario: epistolar, periodístico, crítica literaria, poesía, teatro, cuento y novela. Sus obras completas alcanzan los 46 volúmenes.
Cultivó diferentes géneros. Como novelista, que se pueden reducir a dos los temas fundamentales de sus obras: los conflictos amorosos y los religiosos.
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A Laureta

¡Ay! Cuán hermosa, cándida y divina
brilla en su frente la inocencia pura,
más alba que la luz que el sol fulgura
al nacer entre mares de carmín.
Qué blondos sus cabellos aromados
que en mil rizos descienden por su espalda,
adornados tal vez de una guirnalda
de azucenas y cándido jazmín.
¡Qué pureza en sus labios sonrosados
y en sus mejillas de tempranas rosas!
¡Qué dulces sus palabras melodiosas!
¡Qué inocentes sus ósculos de amor!
Te alzas al cielo de placer radiante...
¿Qué deleite sus ojos embriaga
y qué secreta inspiración te halaga
que hace latir tu tierno corazón?
Porque esos ojos del azul del cielo,
brillantes cual la luz de la mañana,
sin una chispa de fulgor profana
buscan del cielo la suprema luz;
porque es un ángel desterrado al mundo
la celestial y púdica Laureta,
ángel que hiere el alma del poeta
y hace vibrar las cuerdas del laúd.
Santa inocencia te proteja siempre
cuando cesando tu dichosa infancia,
cual puro cáliz de eternal fragancia,
se abra al amor tu virgen corazón.
Pobre inocente púdica Laureta,
más pura que el amor de los querubes,
¿por qué sobre sus alas no te subes
a la celeste fúlgida mansión?
  


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